Amado y Adorado seas, Jesús,
Manso Corderito de Dios,
Segunda Persona de la Santísima Trinidad,
Dios oculto en el Santísimo Sacramento del altar.
Amado y dorado seas en la eternidad,
en el seno de Dios Padre;
amado y adorado seas en el tiempo,
en el seno de la Virgen Madre;
amado y adorado seas, en el tiempo de la Iglesia,
en su seno, el altar Eucarístico.
Amado y adorado seas, Jesús,
en el tiempo y en la eternidad.
Jesucristo, manso cordero del amor,
que caminas con lentitud y majestad.
Amado mío, blanco lirio, Señor,
Amado mío, blanco lirio, Señor,
que eres la paloma de la dulzura y la abnegación,
Señor cuyos ojos son fuente cristalina de luz y paz.
Danos la salud del espíritu y del cuerpo,
sana nuestras vidas,
mantén unidas nuestras familias
en el amor, la paz y la concordia.
Y ayúdanos a conseguir el pan de cada día,
que no nos falte lugar donde cobijarnos,
y los medios necesarios
para poder vivir en paz y armonía.
Que llegue el progreso a nuestras vidas,
y nuestros negocios se mantengan saneados,
libres de cargas y deudas,
que podamos vivir tranquilos
ayudando a edificar el futuro a nuestros hijos,
para hacer de ellos hombres de paz y sabiduría.
Amado y Adorado seas, Jesús,
Manso Corderito de Dios,
Segunda Persona de la Santísima Trinidad,
Dios oculto en el Santísimo Sacramento del altar.
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