Poderosísimo José,
esposo de María,
amoroso padre legal de Jesús,
protector y amparo de la Iglesia
y de todos vuestros devotos...
Arrodillados a vuestros pies
os pedimos humildemente
nos alcéis del Señor
gracia para estudiar con mayor perfección
vuestros gloriosos ejemplos,
y por medio de ellos reformar nuestra vida,
purificar nuestra alma,
prevenir nuestra muerte
y asegurarnos dichosa eternidad.
(Siete Padrenuestros, siete Ave Marías, siete gloria patris, por los siete dolores que sufristeis.)
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